8 de febrero de 2007

Historia de la Hermandad VI (1940 a 1965)

A principios de los años cuarenta la Hermandad del Nazareno es dirigida por los Hermanos Mayores D. Celedonio Conca Ferrero y D. Antonio Mª Sánchez Acosta a mediados de la década de los cuarenta la Hermandad decae hasta que en 1946 se reorganiza, promovida por el párroco D. Eduardo Martínez La Orden y un grupo de hermanos, siendo Hermano Mayor-Presidente D. Jesús Manzano Velo que ejercería el cargo hasta 1979.

Con la destrucción de la imagen de la Virgen de los Dolores en 1936, la Hermandad tutelada por la familia Harriero, interrumpe los cultos y la estación de penitencia, quedando durante años en gran estado de postergación y decadencia. La Hermandad se encuentra completamente extinguida. Con el paso de los años, esta familia se traslada a Sevilla y en esta ciudad empieza a hacer gestiones para la realización de la nueva imagen de la Virgen. Gracias a esta iniciativa, la Cofradía se reorganiza tras años de letargo. La camarera de la sevillana Hermandad de Pasión, conocedora de las intenciones de esta familia, le informa de que ellos tienen en su Casa-Hermandad una imagen en depósito de una Dolorosa, realizada por José Manuel Rodríguez Fernández-Andes. La Hermandad de Pasión, tenía intenciones de sustituir la imagen de su Titular y a causa de ello, el hermano del escultor la deposita para su adquisición, pero por desavenencias entre sus cofrades todo se vino abajo. La familia Harriero, al ver la imagen de la Dolorosa, queda prendada de su belleza y se pone en contacto en Madrid con el hermano del escultor, que había fallecido en 1950. En 1952, Doña Dolores Harriero Molina adquiere esta efigie de la Virgen, costeándola de su propio pecunio, con el propósito de sustituir la antigua imagen de la Virgen de los Dolores. en este mismo año se bendecía esta Dolorosa, su salida se preparó desde la bodega de D. Eloy Picón (Avda. de Niebla); desde allí salió en parihuela recorriendo distintas calles hasta la ermita de la Virgen del Socorro, donde tuvo lugar la ceremonia. Después de su bendición se trasladó a casa de Dña. Dolores Harriero, como consecuencia del incendio que destruyó la parroquia y la pérdida de los enseres que conservaba la Cofradía en su capilla de cultos. Esta familia tenía intenciones de acoger definitivamente la imagen de la Virgen en su propia casa, pero el párroco, les hizo comprender que para que la Virgen de los Dolores recibiera culto tenía que estar instalada en la Parroquia. En noviembre de 1953 fue trasladada a la Iglesia de San Bartolomé, tras su inauguración y reapertura al culto.

Durante los años 1954-1956, la Hermandad de la Virgen de los Dolores, bajo la iniciativa de la familia Harriero, realizaba las tradicionales pujas para obtener fondos para dicha Hermandad. Se organizaba una subasta, pujándose por platos de comida y dulces donados para ayudar con lo recaudado al mantenimiento económico de la corporación.

Texto: Manuel Rodríguez Calvo

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