16 de marzo de 2015

Semana de Pregón. Entrevista a Luis Fernando Trigueros.

El próximo sábado tendrá lugar el ansiado anticipo de la Semana Santa de Rociana con la celebración de su pregón anunciador, organizado por las Hermandades de Penitencia de esta localidad. Como ya indicamos N.H.D. Luis Fernando Trigueros será el encargado, desde el atril de la Parroquia de San Bartolomé, de disertar sobre la Semana Mayor rocianera.
Traemos aquí la entrevista recientemente publicada en nuestro boletín, realizada, al pregonero, por N.H. Juanela Muñoz, Secretaria de la Hermandad.



Luis Fernando Trigueros Pina, profesor de primaria, padre de familia, cristiano, cofrade y vinculado a nuestra Semana Santa desde que tenía uso de razón. Costalero e hijo de nuestro querido Manolo Trigueros, capataz de la cuadrilla de costaleros del palio de María Santísima de los Dolores. También ha ocupado los cargos de Vocal, Teniente-Hermano Mayor y Vice-Secretario de nuestra Hermandad. El currículum de nuestro pregonero del año 2015 hace presagiar que el próximo día 21 marzo, será un acto no menos que memorable.

Sabemos de ti que eres un cofrade, prácticamente desde la cuna, ¿cómo fueron tus comienzos en este mundo?
Sí, es cierto que desde que tengo uso de razón he vivido la Semana Santa en casa. Ya no sólo por mi padre, desde la vertiente más “capillita”, si se me permite la expresión, sino desde la óptica religiosa, más litúrgica, principalmente a través de mi madre.
Mis comienzos en el mundo cofrade se remontan a cuando yo era un niño de colegio, con 10-11 años, cuando empecé a ir con mi padre a los ensayos de costaleros y a salir, como muchos recordarán, con el botijo para dar agua (que algunos años fue sangría, pero eso lo sabe poca gente) a los costaleros del palio. Ya después vino el ofrecimiento para formar parte de la Hermandad Sacramental, siendo aún muy joven, primero como colaborador y más tarde ya como miembro de la Junta de Gobierno.

Con estos antecedentes, has vivido nuestra Semana Santa muy a “flor de piel”, dinos cuales han sido algunos de tus mejores momentos, ¿y cómo han sido también los más difíciles?
Es difícil enumerar o recordar aquí los buenos momentos. Han sido tantos. Yo siempre digo que he tenido la suerte de vivir muy intensamente los años de expansión y crecimiento de la Semana Santa en Rociana. Digamos que me siento partícipe de esta evolución tan espectacular que ha experimentado la Semana Grande en nuestro pueblo.
Por supuesto, y sin dejar de lado todo lo bueno que he vivido (que ya digo que ha sido mucho), no olvidaré jamás el momento que me metí por primera vez en las trabajaderas del paso de palio de María Santísima de los Dolores. Fue un momento único. Aunque también he disfrutado mucho en otros momentos como, por ejemplo, con los montajes de los pasos. Me encantaban esos 10 o 12 días previos a la salida procesional, tan frenéticos, con tantas cosas que hacer. Y, cómo no, también ha habido momentos difíciles. Dos especialmente: tener que meterme debajo del palio tan sólo un mes después de fallecer mi padre fue algo que me costó, que incluso estuve a punto de no hacer porque no me sentía con fuerzas, y que logré hacer gracias a mi mujer, mi madre y mis hermanas que me animaron a hacerlo. El otro momento fue con la Borriquita, tras la repentina desaparición de mi gran amiga Marisol.

Has formado parte, durante algunos años, de la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad Sacramental, ¿Qué vivencias sacas de este periodo?
¡Muchísimas! Ten en cuenta que yo era muy joven cuando Manolito, que tenía muy buena relación con mis padres y me conocía desde pequeño, vino a “reclutarme”. Me costó un poco decidirme, pero fue una de las decisiones que más marcaron mi vida cofrade. He encontrado en la Hermandad Sacramental a gente muy válida y con gran capacidad de trabajo desinteresado. Porque para realizar un trabajo, una labor, vale casi todo el mundo. Lo difícil es hacerlo sin recibir nada a cambio, desinteresadamente. Quizás esa es la mayor enseñanza que me llevo de mi paso por la Junta de Gobierno de la Hermandad Sacramental. Con ellos he vivido grandes momentos de compañerismo, trabajo en equipo, solidaridad, emoción y, a veces, desencuentro.
Pero todo suma, todo es positivo cuando tienes a gente válida a tu lado.

Al ser hermano desde hace muchos años y, como hemos dicho antes, miembro de la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad, hablar de Nuestro Padre Jesús y María Santísima de los Dolores… ¿Qué son para ti?, ¿Cómo están presentes en tu vida?
Me lo pones difícil... Para mí son un referente en mi vida. Por motivos obvios, en mi casa se tuvo siempre mucha devoción a María Santísima de los Dolores pero Padre Jesús, como lo llamamos nosotros, no es menos importante. En mi vida diaria intento tenerlos presentes, tenerlos como referencia. Y no dudo en encomendarme a alguno de los dos, incluso a los dos, cuando necesito centrarme, reflexionar, pararme a pensar. Son el bastón que me ayuda a caminar por el, a veces, difícil y pedregoso camino que es la existencia.

Que serías un día pregonero de nuestra Semana Santa era algo que tarde o temprano se esperaba, pero, ¿eres realmente consciente, dado de dónde vienes, a lo que te expones? Y, ¿Cuál será el principal mensaje que transmita tu pregón?
Yo no sé si se esperaba o no. O mejor, si los demás lo esperaban o no. Para mí ha sido toda una sorpresa. Es cierto que existía un anhelo, un deseo oculto en mi interior, de poder hacerlo algún día. Pero nunca me postulé para ello. Lo veía como algo muy lejano y me veía a mí mismo como no preparado para asumir esa responsabilidad. Tengo inquietudes literarias y cuando puedo o cuando me lo pide el cuerpo escribo lo que yo llamo “mis cosas”. Pero siempre terminan guardadas en un cajón. No se las doy a leer ni a mi familia. Soy mi mayor crítico. Y no me sentía con la calidad literaria sufi ciente para llevar a cabo un proyecto de semejante envergadura como escribir un pregón. Pero estando ya inmerso en mi colaboración con La Borriquita y su cuadrilla femenina, escribí algo para ensalzar a dicha cuadrilla y se lo enseñé a una de las personas responsables de la Hermandad. Fue ella, María José Padilla, quien me animó y no me dio opción a decir que no. Y aquí estoy, metido en este embrollo. Y sí, soy muy consciente de a lo que me expongo. Y trato de no pensar mucho en ello, porque conforme se acerca la fecha me pongo más nervioso. Yo sólo espero que el pregón guste. Nada más.
En cuanto al mensaje, he de decir que será un pregón sencillo, centrado en nuestra Semana Santa y en la gente que la hace posible. Será un pregón que empieza de una forma peculiar, alejada de la estructura normal de los pregones, y que hablará de esperanza, solidaridad y hermandad.

Como Pregonero de la Semana Santa y activo integrante de la Semana Santa de nuestro Pueblo ¿cómo valoras el crecimiento que estamos viendo en los últimos años?
Me parece una muy buena noticia. Siempre que se ofrece la ocasión lo digo. En Rociana, y hago referencia a ello en el pregón, hemos ido ganando en lo que yo llamo Cultura Cofrade. Poco a poco todos hemos ido creciendo, con pasos cortos pero seguros. Y eso se nota cuando se ven los
pasos en la calle. Pero también en la vida de las Hermandades durante todo el año, en sus actos, en sus acciones solidarias, en sus cultos. En general creo que la Semana Santa goza de buena salud en nuestro pueblo. Ya sólo queda que seamos capaces, entre todos los que de una u otra manera somos agentes protagonistas, de sembrar la semilla en las generaciones venideras. Ya no sólo para que haya una continuidad, sino sobre todo para que no haya un estancamiento y sí un crecimiento en los próximos años.

¿Nos dejarías aquí un breve párrafo del pregón, para ir poniéndonos los dientes largos?
Je,je,je... El pregón está escrito ya desde hace tiempo. Me senté un día a hacer un boceto y comencé a escribir, a escribir y casi en una tarde dejé el pregón listo. Cuando se habla de vivencias y de sentimientos, todo fluye más fácilmente. Hombre, a mí lo que me gustaría es que la gente viniese a escuchar el pregón el próximo 21 de marzo y decir aquí algún pasaje sería, digamos, romper el precinto. Pero, por deferencia con la Hermandad Sacramental, a la que tanto quiero y a la que tanto debo os dejaré una pequeña pincelada...
(...) Y costalero. Me gustaría ser costalero. Habitar en ese “sótano del cielo” como oí una vez a un costalero del palio de la Virgen de las Aguas de la Hermandad del Museo, de la Semana Santa sevillana, denominar a ese espacio oscuro y claustrofóbico que se ubica bajo los faldones de un paso. Sótano del cielo. No hay forma más gráfica para definirlo. Y para ello hay que haberlo vivido y sufrido. Cargar, sufrir, hacer estación de penitencia sintiendo el peso de la trabajadera. ¿Y si fuera costalero? Eso sí que lo fui. (...)

¿Se lo dedicas a alguien en especial?
Esta es fácil. A nadie se le escapa que la persona que, implícitamente, está presente en el pregón es mi padre. No podía ser de otra forma. Él me lo ha dictado, estoy seguro. A él se lo debo, y a él se lo dedico.

Para terminar, responde brevemente:
Palio o misterio: Para ponerse el costal, palio. Para verlo en la calle, misterio.
Una marcha: Sin duda, "Dolores por Rociana".
Un lugar: Aquí me dejo influenciar por mi padre, que era muy de las Hermandades de Triana... El Puente de Triana cuando cruza La Estrella.
Un momento: Cualquiera de la Semana Santa rocianera. Pero también, especialmente, cuando pasa el Cristo de la Sangre de la Hermandad de Estudiantes de Huelva por el pasaje que lleva su nombre al ir de recogida.
Un recuerdo: Las noches de ensayo en invierno, siendo un niño, junto a mi padre.
Un sueño: Se cumplirá, si Dios quiere, el próximo 21 de Marzo.

¿Algo que quieras añadir?
Tan solo felicitarte por la entrevista, me ha encantado. Y agradecer a la Hermandad Sacramental la deferencia que ha tenido con mi persona. Y, por supuesto, animo y desde estas páginas, invito a todas las personas para que acudan al pregón que tendrá lugar, como ya hemos dicho, el próximo 21 de marzo. Darán más categoría, si cabe, al acto y será todo un honor para mí.

¡Muchas gracias Luis Fernando!

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